5 nov 2014

LIZURRITZETA - AR1


    En Agosto recibimos un mensaje de los colegas del GEMA, LET y BURNIA en el que se nos invita a participar en una campaña de reexploración de esta cavidad mítica de la sierra de Aralar. Tenemos bastante curro pendiente pero un fin de semana nos acercamos a ver que tal lo llevan...


    La sima tiene una profundidad de 580 metros y dos zonas bien diferentes: una vertical con sucesión de pozos y otra mas horizontal y bastante estrecha. A -500m se ha instalado un vivac para poder aprovechar el tiempo (son necesarias unas 5 horas para llegar a él) y hacer una escalada en punta. Esta escalada es el principal objetivo, pero también se quiere dejar la sima limpia (hay material viejo de cuando se exploró) y revisar alguna incógnita.





    A nosotros nos tocó revisar un par de incógnitas y sacar material del antiguo vivac. Pero una vez ahí abajo no nos pudimos resistir a bajar hasta el sifón y ver la escalada.


Sifón a -580.

    Pasamos noche en el vivac junto con un equipo que había entrado el viernes para tener mas margen de tiempo al realizar la escalada. Campingas a tope, cenamos y nos secamos para echarnos a "dormir". La noche fue un poco movida... yo me muevo, tu te mueves, el se mueve, ¡todos nos movemos!. El vivac se nos quedó un poco pequeño (estábamos 5) y no pegamos ojo. Menos mal que había música de fondo con el ruido del río y que el cuerpo descansaba aunque sea a plazos: primero se dormían los brazos, luego cambiabas de postura, si alguien se movía, y se dormían los pies...


¡¡¡VIvac 5 estalactitas!!! con calefacción central, talos con panceta para cenar  y hasta iluminación con ¿bombilla? jaja

    Llegó por fin la hora de salir del vivac y... ¡sorpresa! el río estaba mas alto. En el primer resalte, sin falta de colgarte de la cuerda ya estabas empapado. El resto del meandro mas de lo mismo. ¡Que pena que no encojamos con el agua!, con algo menos de esfuerzo habríamos salido...




Señal orientativa.




Cruda realidad.


















Amonite gigante en una de las incognitas.


Texto y fotos: Zuriñe.

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